No creas


Niño, no creas

En el verano del año cuarenta y seis mi padre y mi madre alquilaron una habitación en la casa de un sastre para pasar las vacaciones en Bat Yam. Una noche me despertaron unas toses que no eran toses, y ésa fue la primera vez en mi vida que oí llorar a un adulto desconocido al otro lado de la pared. Se pasó toda la oscuridad llorando y despierto y asustado permanecí acostado sin despertar a mis padres hasta que disminuyó la oscuridad y le vi en el balcón sus hombros temblaban un pájaro echó a volar en el silencio del amanecer y el hombre lo señaló y me dijo Niño, no creas.
Han pasado cincuenta años y aquel pájaro ya no está, ni el hombre. Ni mis padres. Solo el mar sigue existiendo y también él ha cambiado de azul a gris. Niño, no creas. O sí. Cree. Qué importa.


Amos Oz. "El mismo mar".


Os recomiendo este (y los demás) libros de Amos Oz

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